sábado, 3 de enero de 2009

MOLINO HARINERO Y FÁBRICA DE HARINA



Un molino es la máquina o ingenio cuya función es la de moler sustancias sólidas. También recibe este nombre el edificio que la alberga.


La evolución en el proceso de los ingenios dedicados a la molienda ha dado como resultado el perfeccionamiento de la técnica molinar desde los molinos prehistóricos a las actuales fábricas de harinas. Pero la necesidad y el localismo han permitido que hayan convivido diferentes sistemas al mismo tiempo como los molinos maquileros y las fábricas de harinas. En algunos casos, la diferencia entre molino o fábrica de harina es más administrativa que técnica y es la división del trabajo una de las características sociales diferenciadora entre las fabricas de harinas y los molinos tradicionales.

Estos ingenios los podemos clasificar dependiendo de:
a/ - La sustancia a moler; en este apartado nos centraremos en los harineros, que son los que molturan cereales para obtener harinas y piensos.
b/ - El sistema energético empleado para su funcionamiento; si bien la mayoría de los antiguos molinos y fábricas de harinas de nuestra provincia utilizaban la energía hidráulica para su funcionamiento también contamos con molinos movidos por otras fuentes energéticas como la eléctrica, el vapor e incluso la eólica. Por lo insólito destaca el inusual caso de Navalmanzano, donde una máquina de vapor era la encargada de mover dos pares de muelas. No menos peculiar en una orografía surcada por multitud de corrientes de agua es el caso de los molinos de viento que contamos en nuestra provincia. El más estudiado, el molino de viento de Cuellar (1)
c/ - El mecanismo de trituración; el sistema de muelas está asociado principalmente a los molinos, utilizando habitualmente las fábricas de harinas el sistema de rodillos aunque en algunos casos nos podemos encontrar con fábricas de harinas que molturan por muelas.

Además dentro de estos apartados, el hombre ha ido desarrollando diferentes variaciones para resolver los problemas técnicos a lo largo del tiempo adaptandose al habitat en donde se sitúa el molino. Por todos estos motivos, la tipología de los molinos es diversa en extremo.

El molino de El Cubo que hemos seleccionado como tipo, es uno de los más antiguos y rudimentarios que hemos encontrado. Siguiendo la clasificación anterior es:
- Un molino harinero.
- Un molino hidráulico de eje vertical con caz, balsa y cubo.
- Un molino de prensa con dos muelas, una fija o solera y otra móvil o volandera.
La particularidad de este molino está principalmente en su motor hidráulico, realizado en madera y cuyo diseño es muy similar a los representados en el siglo XVI (2)

Un molino es un conjunto técnico que debe responder a unas necesidades de producción en unas condiciones geográficas e hidráulicas determinadas. Dentro de este conjunto y para una mejor descripción lo dividimos en:
a) Sistemas de captación y acumulación de agua.
b) Maquinaria, en la que distinguimos el motor y la parte de las muelas.
c) Elementos auxiliares.
d) Edificio.
e) Un sistema comercial para una actividad de transformación.

a) Sistema de captación y acumulación de agua.
Los molinos hidráulicos, como todas las máquinas hidráulicas, funcionan por la energía que se desarrolla al pasar el agua de un nivel superior a otro inferior. Para conseguir la altura de salto necesaria se desvía aguas arriba parte de la corriente fluvial y se conduce hasta el molino con menor pendiente que la que lleva el río. El molino del Cubo toma las aguas del arroyo Polendos directamente por un caz. Actualmente el arroyo tiene muy poco caudal y a partir de la toma del caz el curso natural del arroyo se queda seco, circulando por el caz la totalidad del caudal del arroyo hasta pasado el molino, en donde vuelve al curso natural. El caz tiene una longitud de kilometro y medio y conduce las aguas hasta una balsa de considerables dimensiones que sin duda responde al poco caudal del arroyo. El nivel de la balsa se controla por el ladrón, compuerta lateral que sirve de aliviadero. Entre la balsa y el molino se sitúan los cubos. El cubo es un estanque en forma de vaso que está comunicado con la balsa por su parte superior por medio de una compuerta y por un conducto diametralmente opuesto e inferior, el bocín, con el motor hidráulico. La función del cubo es la de conseguir una altura de presión lo más constante posible. Llama la atención que el cubo es el topónimo de la zona (3)

b) Maquinaria.
El motor hidráulico es la parte encargada de generar el movimiento para realizar el trabajo de la molienda. Está ubicado en el interior de una bóveda de cañón y a nivel inferior que la balsa.
En él podemos distinguir los siguientes elementos: rueda hidráulica, árbol, sopuente y saetín.
Como la rueda hidráulica es de eje vertical se la denomina rodezno. Este rodezno tiene un diámetro de 1,80 metros y se compone de 40 álabes de madera que se ensamblan sirviéndose de un cerco de hierro forjado que la azuncha perimetralmente y dos aros del mismo material que las sujetan entre sus caras por medio de pernos.

El rodezno está solidario al árbol o eje del molino que es el encargado de transmitir el movimiento a las muelas. Es una pieza de madera de sección circular, más gruesa en su parte inferior, en donde va encastrado el rodezno. El árbol esta reforzado por aros de hierro forjado y en su extremo inferior termina en una pieza de bronce templado llamada punto. El punto es el cojinete inferior del motor hidráulico. Su ingeniosa forma se debe a su doble utilización, ya que la misma pieza sirve de punto, parte móvil superior, y contrapunto, parte inferior fija.
El árbol se prolonga en su parte superior hasta las muelas por un eje de hierro llamado palón.
La sopuente es una viga de madera de gran sección que sirve de cuna al contrapunto. En ella descansa el peso del rodezno, árbol, palón y muela volandera. Su función es la de permitir la variación en la separación entre las muelas. Está articulada en uno de sus extremos y asida en el lado opuesto por un tirante de madera o alivio. Tensando el alivio conseguimos elevar la sopuente, que al desplazar a todo el conjunto, separa las muelas.

Al conducto que comunica el cubo con el rodezno se le conoce por bocín y al extremo del bocín del lado del motor se denomina saetín. Está construido de madera, menos el frontal, donde está la trampilla, que es de hierro. La compuerta es de guillotina y se acciona desde las muelas por una barra de hierro. Con el saetín se regula el caudal de agua que impele al rodezno y por tanto su velocidad.

Al conjunto de elementos en donde se moltura el grano se le denomina las muelas. Las piedras o muelas tienen un diámetro de 1,30 metros y un peso aproximado de 900 kilogramos de nuevas y son de las llamadas francesas. La inferior o solera esta emplazada a una altura del suelo de un metro aproximadamente sobre sendas vigas de madera que hacen de zócalo, es fija y se nivela por cuñas. Sobre la solera se sitúa la muela móvil o volandera. En el ojo de la solera se encuentra el cojinete superior del molino, que se centra por medio de cuñas. Es muy importante que el eje esté perpendicular a las piedras para que éstas giren paralelas.
El palón sobresale de la solera para asir a la volandera. Este engarce se hace por medio de dos piezas metálicas: el gorro y la lavija. El gorro corona al palón y su misión es permitir el encastre de la lavija, la cual está sujeta a la volandera. Esta unión se cimenta con plomo, que se introduce fundido.
Las muelas están cubiertas por una tapa de madera, de forma prismática de base octogonal llamado guardapolvos, que evita la dispersión de la harina. La harina sale por un hueco del guardapolvos, practicable con una trampilla, situado sobre el arnal, que es el depósito donde se recoge.
Sobre el guardapolvos esta un armazón de madera, o burro, que soporta la tolva. Ésta tiene forma de tronco de pirámide invertida y es donde se echa el grano. De la tolva, el grano cae al cuezo, que tiene como misión la de dosificar la cantidad de grano que entra en las muelas por el orificio superior de la tapa. ¿Cómo se efectúa la dosificación? El sistema es sencillo e ingenioso. Veamos: El cuezo está suspendido debajo de la tolva, atado por cuerdas. Según regulemos la tensión de éstas, su inclinación variará y podremos ajustar también la fricción entre el cuezo y el triquitraque. Cuando el molino está en movimiento, el triquitraque golpeará al cuezo, con mayor o menor intensidad dependiendo del tensado y así este hará vibrar al cuezo facilitando la caída adecuada del grano.
Al mando del alivio se le conoce por el nombre de huso, es una palomilla que al girarla, sube o baja el alivio. La buena utilización de este mando es muy importante para que la harina salga buena, ya que si las piedras están muy juntas, se calentarán por el rozamiento y la harina saldrá tostada. Por el contrario, si su separación es excesiva, el grano no se molturará lo necesario.
Con el mando del saetín podemos controlar la velocidad de giro del motor hidráulico. Como podemos suponer, el control de estos dos mandos están estrechamente relacionados el uno con el otro, ya que, dependiendo de la velocidad de giro de las muelas, el grano deberá permanecer mayor o menor tiempo entre ellas.

c) Elementos auxiliares.

En el proceso de la fabricación de la harina, además de la molienda, son necesarias otras dos operaciones: la limpieza del grano y la separación del salvado. Para estas operaciones se utilizan dos máquinas: la limpia y el cedazo.
El grano llega de la era con impurezas que deben ser separadas. La limpia es la máquina que se utiliza para esta labor. Es un cajón de madera de 1,5 metros de largo por 1 metro de ancho y 1,5 metros de alto, en cuyo interior, entre otros elementos, se aloja un cilindro de chapa perforada que al girar hace de criba. Las limpias primitivas se accionaban “a mano”; las más modernas son movidas por el propio motor hidráulico por medio de correas.
El cedazo es un cajón de 5 metros de largo por 1 metro de ancho y dos metros de alto, en cuyo interior alberga un tamiz con armazón de madera y recubierto con telas de diferente tupido. Una vez molida la harina, se saca del arnal y se introduce en el cedazo (en molinos más modernos esta operación se realiza mecánicamente por ingeniosos sistemas elevadores), que al ir pasando por los distintos gramajes del tamiz separa el salvado y clasifica la harina. Un tornillo de Arquímedes alojado debajo del tamiz distribuye el producto que sale por unas bocas donde se carga en sacos. El cedazo también se acciona por medio de correas tomando el movimiento del propio molino.
La cabria es una sencilla grúa de madera, situada al lado de las muelas. Se utiliza para levantar las piedras cuando se cambian o vuelven a ser talladas.
Para tallar las piedras se utilizan dos herramientas: la piqueta y la bujarda. La piqueta es un azuche (semejante a los utilizados en albañilería) que se emplea para tallar los canales de las muelas. La bujarda o mazo sirve para puntear las piedras y darles rugosidad.

d) Edificio.
El edificio o molino propiamente dicho está emplazado contiguo a la balsa, su construcción es de tipo popular. Está formado por tres volúmenes, que posiblemente responden a ampliaciones al tener que cubrir mayores necesidades. Como edificio principal destaca el volumen de dos alturas. Los muros son de mampostería de cal y canto y adobe, y las jambas y dinteles de los huecos están resueltos con ladrillo macizo. La cubierta está resuelta a todas las aguas y teja segoviana. Su distribución obedece a la necesidad propia de la molinería (sala de molienda y almacén) y de la vivienda.

c) Un sistema comercial para una actividad de transformación.
El sistema comercial particular de la molinería era la maquila. El pago de los servicios prestados lo cobra el molinero, quedándose con una parte del grano que recibe para la molienda. Esta formula se abandonó en Segovia hace tiempo pero se ha mantenido hasta los años 50 en otras zonas cercanas. La formula empleada en este molino era una cantidad por kilogramo molido. De cada 15 kilogramos en entregados al molinero, éste devuelve 14 kilogramos de harina; el que falta se da por perdido en el espolvoreo.

Historia.
La referencia más antigua que conocemos sobre molinos hidráulicos esta contenida en unos versos atribuidos a Antipater de Thesalónica en el Siglo I a J.C.(4), que dicen:
“Dejar de moler, oh mujeres que trabajáis en el molino.
Seguid durmiendo, aunque los gallos canten la llegada del alba.
Deméter ha ordenado a las ninfas del agua
que hagan ellas vuestra tarea.
Saltando en la rueda, hacen girar el eje
que hace moverse las grandes piedras trituradoras”.
Pero es el romano Vitruvio, también del siglo I, quien nos describe de forma técnica en su tratado Los Diez Libros de Architectura, aceñas y molinos movidos por ruedas hidráulicas:
De Architectura X. 5.1.
“ Del mismo modo se hacen también azudas en los ríos, acomodando las volanderas en la circunferencia exterior, las cuales, impelidas al ímpetu de la corriente, giran perennemente la rueda, que tomando el agua con los caxoncillos, y llevandola a lo alto, hacen el efecto deseado, sin impulso humano y sólo con la corriente misma”.

En el Siglo X, son ya numerosas las menciones documentales de molinos hidráulicos en España:
“En Melgar de Arriba, Iscam y Filauria compran la cuarta parte de un molino a Monio en el año 945 y la mitad de otro a Dolquiti 941. Situados ambos en el río Cea (5).
La mención más antigua que hemos hallado, sobre molinos y aceñas en Segovia, es en un documento de una “Concesión Real” a la Catedral de Santa María de un terreno y unas tierras a la orilla del río Eresma por Alfonso I El Batallador y su esposa Doña Urraca y confirmada posteriormente por Alfonso VII. La concesión debe ser anterior al año 1114 en que se separan definitivamente los monarcas (6)
“DOMO EI ILLAS ACENIAS QUE SUNT SUPRA PONTEM CASTELLANUM CUM SUA PRESA SICUT PERTINENT AD REGEN NEC NON DONO EI TERRA QUE INCIPIT SUB CASTRO SUPER RIPAM FLUMINIS LEREDME PER MOLENDINOS QUINIONES USQUE AD VINNEA FILIORUM DE DIDAGO MONIOZ”.
“También le doy ( al obispo) aquellas aceñas que están por encima de la Puente Castellana, con su presa, como pertenecen al Rey, y también la tierra que comienza a los pies del castro, sobre la ribera del río Eresma a lo largo de los molinos de Quiñores hasta las viñas de los hijos de Diego Monioz .
Es en la Edad Media cuando se da la gran expansión de los molinos hidráulicos. En el año de 1085, el censo territorial del libro de Domesday (7), aparecían mas de 5600 molinos de agua en Inglaterra.
Carlos de Lecea nos cuenta refiriéndose a Segovia que “más de trescientos molinos harineros llego a contar en su territorio” (8)
En el Diccionario de Pascual Madoz realizado entre 1845 y 1850 figuran 225 molinos harineros en la provincia de Segovia (9)

El molino, como nos describe Joaquín Díaz, “Siempre fue considerado, además de como ingenio útil, como lugar de encuentro compartiendo honores con el lavadero, la fuente o el horno, hasta la llegada de la luz eléctrica que debilitaron o anularon la importancia de tales y tan concurridos ámbitos de reunión. Tubo fama el molino por su situación apartada y por las horas a las que se utilizaba, de lugar en el que, si no se producían todos los días hechos escandalosos, al menos nadie dudaba de que se podían producir”. (10) Sobre este particular Agapito Marazuela recogió estas estrofas:
“Vengo de moler, morena
de los molinos de arriba;
duermo con la molinera,
no me cobra la maquila...”
Esta situación apartada también propiciaba el robo. D. José Luis San Miguel Trapero en un documento manuscrito nos ha contado los avatares de su abuelo, que regentaba el molino de la Puerta de la Fuerza de Sepúlveda:
“Hacia 1860, explotaba este molino, nuestro abuelo materno, José Trapero Tanarro, para lo cual, necesitaba disponer de una crecida reata de caballerías. Los llamados -burros de molinero-. Animales enteros, de gran alzada, robustos y resistentes. Con ellos recorría la población y pueblos más próximos, recogiendo el grano a moler. Después regresaba con la harina, piensos y salvado. En unas casas, cobraba la maquila, (una parte del grano molido) y en otras, las más, el precio ajustado en monedas o billetes, por fanegas, celemines, sacos o arrobas. Suministraba harina a las tahonas de Sepúlveda y pueblos limítrofes, haciendo uno o dos viajes por semana. En aquellos tiempos había mucho bandolerismo, y se atacaba a viajeros y se saqueaban los lugares alejados de población. Como los criados o mozos se negaban a viajar de noche, el abuelo, iba pertrechado con escopeta, cartuchos de dinamita y buenos perros mastines de presa. Contaba la abuela, que en más de una ocasión entraron a robar al molino, llevándose lo que tenía algún valor, por lo que nunca tenían dinero en el molino.
Como anécdota curiosa, llegada a nosotros por vía oral, a través de la abuela Baltasara y de mi madre, nos contaron como se las arreglaba el abuelo para tener seguros sus ingresos.
Procuraba llegar siempre de noche al molino, y al llegar al Cementerio Viejo, situado a medio camino entre la población y el molino, saltaba las tapias del cementerio, y detrás del Cristo que presidía la Capilla, escondía el dinero en bolsas de cuero, volviendo a cubrir el agujero con su piedra. De este cementerio aún se conservan las paredes, restos de la capilla y las tumbas que no se exhumaron. La imagen del Cristo se conserva hoy en la capilla del cementerio nuevo.
Cementerios y muertos, siempre han infundido un gran respeto a las gentes, por lo que el escondite era seguro”.

Jorge Miguel Soler Valencia

OTRA INFORMACIÓN COMPLEMENTARIA:
El molino de El Cubo (Folklore)
http://www.funjdiaz.net/folklore/07ficha.cfm?id=875



NOTAS:
1- ARRANZ SANTOS, Carlos CARRICAJO CARBAJO, Carlos y FRAILE DE PABLO, Ángel, CUELLAR: UN MOLINO DE VIENTO EN LA ÉPOCA DE LOS REYES CATÓLICOS, REVISTA FOLKLORE Nº 166.
2- CARO BAROJA, Julio, TECNOLOGÍA POPULAR ESPAÑOLA, Editora Nacional- 1983.
3- PLANO DEL INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL HOJA Nº 457.
4- STRANDH, Sirvard, MÁQUINAS-UNA HISTORIA ILUSTRADA, Hermann Blume Ed. -1982
5- MARTÍNEZ SOPEÑA, Pascual, LA TIERRA DE CAMPOS OCCIDENTAL, POBLAMIENTO, PODER Y COMUNIDAD DEL SIGLO X AL XIII.
6- RUIZ HERNANDO, José Antonio, HISTORIA DEL URBANISMO EN LA CIUDAD DE SEGOVIA DEL SIGLO XII AL XIX - 1982.
7- STRANDH, Sirvard, MÁQUINAS-UNA HISTORIA ILUSTRADA, Hermann Blume Ed. -1982
8- LECEA Y GARCÍA Carlos de, RECUERDOS DE LA ANTIGUA INDUSTRIA SEGOVIANA, F. Santiuste. Impresor de la Sociedad Económica de Amigos del País -1897.
9- MADOZ, Pascual, DICCIONARIO GEOGRÁFICO-ESTADÍSTICO-HISTÓRICO DE ESPAÑA -1845/1850.
10-DÍAZ, Joaquín, EL MOLINO COMO EXCUSA EN EL ROMANCERO.